jueves, 19 de marzo de 2009

Que nadie se confunda




Con este blog, o con la autora del mismo, y aún menos con todo el pueblo que hace posible la Semana Santa de Sevilla. Aún menos, aún mucho menos.
Siempre son los mismos, los responsables de los generadores del tabú, del como secuestro de la Semana Santa sevillana, unas veces manifestándose por el derecho a la vida a la vez que abogan por la condena a muerte, y otras expresándose en contra de una ley del aborto (una ampliación) cuando a la paciente privada de turno le favorecen el mismo, porque cobran, claro. Siempre figurantes, siempre hipócritas. Usan, utilizan, manipulan y tergiversan, son expertos en ello, desde tiempos inmemoriales, y por desgracia es el desconocimiento, la ignorancia que una y otra vez ellos mismos han concitado a que abundara en esta tierra (sur, siempre sur) la que les ha allanado en el pasado el camino para sus míseras tropelías, porque sólo ese apelativo merecen sus acciones encaminadas a hacerse con el enorme eco que una FIESTA de este calibre tiene en una buena parte del mundo occidental.
Usan el altavoz que entre todos y a lo largo de los siglos hemos construído para lanzar sus mensajes demagogos. Yo soy mujer, y lo único que deseo es que me dejen decidir en libertad, que la ley ampare mi derecho a ello. La ley señores, no sirve para obligar o imponer, sólo para regular. Pero claro está, este concepto es posible que no lo entiendan ustedes, que también desde tiempos inmemoriales han usado la ley sólo para prohibir, imponer u obligar. No se pueden esconder bajo el vestido de defensores de los derechos de la mujer, ni siquiera del derecho a la vida, no pueden cubrirse con esos ropajes, en ustedes se convierten en disfraz, les quedan grandes, y el plumero siempre se les ve. El plumero de la falacia y la demagogia.
Cuando tienen el gobierno, imponen, y cuando no, utilizan lo que entre todos ha sido construido para airear sólo sus hipócritas opiniones, que por lo mismo, no pueden ser llamadas ni convicciones, ni siquiera creencias. No son ustedes tutores legales del pueblo de Sevilla, que la semana santa de esta ciudad no sería nada sin el pueblo común que una y otra vez os sirve de caja de resonancia para sus "figuraciones". Y ese pueblo, señores, es lo mismo ateo que creyente, o nada, simplemente nada, o todo mejor, simplemente ES. Pero sobre todo, eligió un estado democráticamente constituido en el que un gobierno debe elaborar leyes. ¿O es que ya lo han olvidado?
Claro que pueden manifestarse en contra de tal o cual ley, los demócratas otorgamos ese derecho a todos, pero no usurpen, no tomen en vano el nombre de una OBRA DE ARTE de la que no son más que meros CO-OPERANTES, no autores exclusivos. Ya "cobran" bastante al aparecer como figurantes con nombres y apellidos, cuando la mayoría opta por el anonimato de la comunidad, bien bajo su antifaz de nazareno, u oculto por los faldones de los pasos, bien disfrazado de armao, bien formando parte de toda la multitud que vive la Fiesta en la calle.

No se arroguen el derecho de ser sus representantes.

No sigan secuestrando a la Semana Santa de Sevilla.
 
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